domingo, 15 de abril de 2012

Miedo Nocturno

(Monólogo)

(Un niño en la cama, de noche, en su habitación. Está bajo las sábanas porque tiene miedo)

¡Que esto se acabe ya! quiero dormirme, o que llegue el amanecer, pero ¡que esto se acabe!
Me estoy cociendo aquí dentro, tengo calor. ¿Por qué se habrán levantado a apagar la luz del pasillo? Se supone que debe estar encendida toda la noche, si no ¿De qué sirve? Seguro que pensaban que ya me había dormido, pues no, estoy despierto, pasando calor bajo las mantas. Si al menos pudiera sacar la cabeza... pero no me atrevo, estaría al descubierto. Aquí dentro estoy seguro, lo que esté fuera no me puede tocar, no me puede hacer nada. Pero me estoy asando, y por si fuera poco, tengo que ir al baño a mear. Cada vez que respiro hace más calor. Intentaré abrir un huequecito para poder tomar un poco de aire fresco, pero sin sacar la cabeza. A ver... ahí está. ¡Aire fresco! mucho mejor. No se oye ningún ruido fuera de lo normal, parece que todo está tranquilo. ¡Eh! ¿Qué ha sido eso?... Creo que ha sido algún ruido de las tuberías, nada fuera de lo normal. Estaré quietecito por si acaso.
Me estoy meando. Necesito ir al baño, pero no puedo, está todo oscuro. ¡Qué miedo! ¿Por qué no me habré dormido antes?, así no me habría pasado nada, ni me imaginaría que hay alguien paseando por la habitación, o que hay un esqueleto bajo la cama esperando a que apoye el pie en el suelo para agarrarme la pierna.
Tengo que ir al baño o voy a explotar. Tal vez si enciendo la luz. Pero tengo el interruptor muy lejos, tendré que sacar el brazo y casi medio cuerpo para llegar hasta él. No, no puedo hacer eso, no me atrevo. No puedo sacar sólo el brazo, entonces ocurriría algo, lo he visto en las películas. Y sacar el cuerpo entero sería una estupidez, si pudiera hacer eso no estaría aquí, asándome como un pollo. Bueno, tal vez si estirara el brazo con las sábanas alrededor podría conseguirlo. Un momento, a ver, vamos a probar. Bien, más o menos. Ya casi estoy, si me estiro un poco más... ¡AH! (Se cae fuera de la cama)

¡Ah! ¡Uf...! ¡mi rodilla! Qué caída más tonta, vaya rollo. Sabía que me iba a caer. Y ahora que estoy en el suelo tirado, vaya cosas, ya no me da miedo. Estoy totalmente fuera de la cama, y no pasa nada, ¡y qué fresquito! Bueno, pues voy al baño, ¡Ala! ya me da igual el pasillo o lo que sea. Si esto de la oscuridad tampoco es para tanto. ¡Que me venga un monstruo ahora! le doy de collejas, ¡con lo que me duele la rodilla! no estoy de humor para monstruos. Ah... qué alivio poder mear a gusto. No he meado tanto desde que competí con mi hermano. Y el muy cretino había ido al baño a escondidas, siempre hace trampas, es un tramposo. Ale, a la cama, que tengo sueño. Voy a colocar las sábanas un poco. ¡Vaya hombre! ¿Cómo lo hace mamá tan rápido para poner las sábanas? Bueno, así, más o menos, qué más da. A dormir.
¡Qué a gusto! qué cómodo se está. Está todo tranquilito. Qué miedo he pasado antes imaginando que había una sombra caminando por la habitación. Una sombra... que se acercaba... oh, cielos... podría haber algo acercándose, algo que me tocara en cualquier momento... Me taparé hasta el cuello, aunque no creo que haya nada, por precaución. ¿Y si se acerca una mano a mi cara? me taparé entero, que estoy más seguro... tengo miedo.